¿Alquilas una vivienda? Este es el escudo que necesitas

Si tienes una vivienda en alquiler o estás pensando en poner una, seguramente ya sabes que esto también implica asumir ciertos riesgos. ¿Qué pasa si el inquilino deja de pagar? ¿Y si provoca daños en el inmueble o desaparece sin pagar suministros? Estas son situaciones más comunes de lo que parece y, lamentablemente, pueden poner en riesgo la rentabilidad de tu inversión.

Por suerte existe una solución que actúa como un verdadero escudo protector: el seguro de impago de alquiler. Este seguro no solo garantiza que siempre cobres, aunque tu inquilino deje de pagar, sino que también te respalda legalmente, te acompaña en todo el proceso de reclamación y te ayuda a recuperar tu vivienda si las cosas se complican.

¿Cuál es el riesgo de alquilar una vivienda sin protección?

Cuando alquilas una vivienda esperas que todo vaya bien, que el inquilino pague puntualmente, que cuide la propiedad y que cumpla con lo establecido en el contrato. Pero la realidad es que eso no siempre ocurre. ¿Qué puede pasar cuando se presenta un impago?

  • Dejas de percibir ingresos durante meses.
  • Debes iniciar un procedimiento judicial para reclamar la deuda.
  • En algunos casos, el inquilino causa daños materiales o abandona la vivienda con deudas de suministros.
  • Y todo esto mientras tú sigues pagando el IBI, la comunidad o la hipoteca.

Ante esta realidad, muchos propietarios optan por asegurarse. No porque desconfíen del inquilino, sino porque prefieren prevenir que lamentar. Y es aquí donde el seguro de impago cobra todo el sentido.

¿Qué es un seguro de impago de alquiler?

El seguro de impago de alquiler es una póliza especialmente diseñada para proteger al propietario en caso de que el inquilino deje de pagar la renta mensual. Pero esa no es su única utilidad, ya que además de cubrir los impagos, también:

  • Se encarga de reclamar legalmente las rentas adeudadas.
  • Gestiona el proceso de desahucio si fuese necesario.
  • Puede cubrir daños en la vivienda, gastos de cerrajería o impago de suministros como luz y agua.

Es decir, una cobertura impago inquilinos no solo consiste en que el seguro te pague lo que el inquilino no abonó, sino que también te quitas de encima todo el estrés y el coste de tener que gestionar un conflicto legal por tu cuenta.

¿Cómo funciona?

El funcionamiento de este tipo de seguros es muy sencillo y eficaz. Veamos un ejemplo: Supongamos que alquilas un piso por 700 euros al mes. Lo alquilas con un contrato normal y decides contratar un seguro de impago. Todo va bien durante varios meses, pero en el octavo mes, el inquilino deja de pagar. Aquí es cuando el seguro entra en acción:

  1. Notificas a la aseguradora que el inquilino no ha pagado.
  2. Se inicia el proceso de reclamación. El seguro te adelanta las mensualidades impagadas.
  3. Al mismo tiempo, el departamento legal de la aseguradora comienza los trámites judiciales.
  4. Si el inquilino no colabora, se gestiona el desahucio por vía legal.
  5. En caso de daños o impagos de suministros, el seguro puede cubrir parte o la totalidad de esos costes.

Debes de tener en cuenta que durante todo el tiempo que dure el proceso, no estás solo. La aseguradora te representa, te acompaña y te protege en todo momento.

¿Qué coberturas ofrece un seguro de impago?

Ten en cuenta que las coberturas pueden variar según la compañía y la póliza contratada, pero las coberturas más comunes son:

Cobertura por impago de alquiler

Es la cobertura principal. La aseguradora paga al propietario las mensualidades que el inquilino no abona, con un límite (habitualmente entre 6 y 12 meses).

Defensa jurídica

Incluye abogados, costes judiciales, trámites administrativos y todo lo necesario para reclamar las rentas o realizar un desahucio de forma legal.

Cobertura por daños a la vivienda

En algunos seguros, se incluye una indemnización por daños ocasionados por el inquilino en el mobiliario o la estructura del inmueble.

Impago de suministros

Cuando el inquilino deja de pagar facturas de luz, agua o gas, algunas pólizas cubren también estos importes hasta un máximo determinado.

Cerrajería y limpieza tras desahucio

Ciertas coberturas contemplan el cambio de cerraduras y limpieza profunda del inmueble en caso de desalojo.

¿Quién debería contratarlo y cuánto cuesta?

El seguro de impago de alquiler está dirigido a propietarios particulares, empresas patrimoniales o gestores inmobiliarios que alquilan un inmueble. Si tú actualmente te estás planteando contratar seguro alquiler, seguramente te estás preguntando cuánto te costará. Pues debes de saber que su precio puede variar dependiendo de varios factores.

El precio de un seguro de impago de alquiler ronda entre el 3 % y el 5 % del importe total anual del alquiler. Si alquilas por 700 €, hablamos de unos 250 a 400 € al año, o lo que es lo mismo, menos de 35 € al mes. Si tenemos en cuenta todas las facilidades que brinda la cobertura, lo cierto es que estamos hablando de una inversión que merece bastante la pena.

¿Y quién lo paga?

Si tienes la duda sobre quién debería pagar la cobertura impago inquilinos, ten en cuenta que el seguro es contratado por el propietario de la vivienda, ya que es quien recibe la protección. En estos casos se pueden presentar los siguientes escenarios: el propietario asume el coste total del seguro o se pacta con el inquilino un pequeño ajuste en la renta para cubrirlo.

En cualquier caso, debes de saber que es un gasto deducible en la declaración de la renta como parte del rendimiento del alquiler. Así que podemos decir que también tiene algunas ventajas fiscales.

¿Cómo empiezo? Contrata un seguro de impago de alquiler

Si estás alquilando o si planeas hacerlo próximamente, lo primero que debes de hacer es empezar el proceso para contratar un seguro de impago de alquiler. Basta con conocer información muy sencilla como el importe del alquiler, el perfil del inquilino y el tipo de cobertura que necesitas, y podrás hacer la contratación online.

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Si estás pensando en alquilar tu casa, tu piso o incluso una habitación, no lo hagas sin protección. Y si ya tienes inquilino, aún estás a tiempo de contratar tu escudo. Porque alquilar está bien, pero alquilar con seguridad está mucho mejor.

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